Cuando empecé mis estudios universitarios en Diseño Industrial, todo el trabajo de investigación de los problemas o visualización de las oportunidades de diseño, comenzó con una observación de las prácticas humanas o como yo digo “cómo la gente, los habitantes hacen lo que hacen” tanto en su vida diaria en su hogar, en el trabajo, en el ocio o en el descanso. Esta observación era plasmada, registrada a través de croquis + el texto que da cuenta de aquello que se observa. En aquellos días, no sabía que lo que estaba realizando era un proceso de observación etnográfica, ya que no era sistematizada. No obstante, el continuo observar a la gente en su actividad, ésta se “herramienta” llega a ser parte de uno, en una actitud interna, en la que el “ojo” detiene el mirar para “observar” y así se abre una dimensión de aquellas prácticas y multiplicidad de los actos humanos, con sus interacciones, en su propio contexto.
La observación de primera mano permite un acceso a información y contenidos de los eventos del acontecer humano. Es un “hallazgo” con gran valor para el diseñador, el cual posibilita desarrollar conceptos innovadores de productos más “natural” y tomar decisiones. Un factor importante durante el proceso de observación es abstenerse de los juicios, si experimentar de cómo la gente está interactuando. Lo cual no es simple. Posterior a la observación, durante el análisis de la información podemos hacernos un “juicio” – la interpretación.
La experiencia presentada aquí es el diseño de productos para las personas adultos mayores, en cuya primera fase se realizó un estudio etnográfico, en base a fotografía y en otros casos con registros de video. No solamente es una descripción de un importante grupo social sobre las observaciones registradas, sino que es en sí mismo un contenido con valores parametrizables de los actos, vale decir del “gesto” corporal humano, una gestualidad que incluye lo que quieren, sus actitudes, percepciones, comportamientos la historia y cultura de las personas. Es así que descubrimos necesidades no satisfechas de los adultos mayores y comprender el impacto de los productos y servicios existentes en “retail” o en el mercado que están diseñados para aquellas personas que los fabricantes discriminan para los mas “aptos”.
El objetivo, además de lograr nuevos productos que mejoren substancialmente la
interacción con los objetos, lo cual les permite ser independientes y en consecuencia, para mejorar la calidad de vida y autoestima, es permitir que los productos que serán utilizados por los adultos mayores, por su propio carácter de facilidad de uso sea extendido a ser utilizados por el mayor número posible de personas, independientemente de sus características personales, como la capacidad funcional o la edad y que éstos atributos permita la accesibilidad de ellos en el mercado convencional como el “retail”. Por lo tanto se abre así una igualdad de oportunidades para todos los habitantes – la no discriminación – y una participación activa de ellos.
El estudio etnográfico se realizó fundamentalmente en 2 condominios de adultos mayores, de Concepción, administrados por el Servicio Nacional del Adulto Mayor SENAMA. Un grupo de 4 estudiantes de diseño, entrenados en investigación etnográfica se dedicaron a observar y registrar la actividad diaria de los adultos mayores de estas comunidades, durante 4 sesiones, desde que se levantan hasta que se acuestan, incluso con seguimiento en actividades fuera de sus hogares. Y por otra parte, encuesta y entrevistas no estructuradas (conversación) con el fin de conocer acerca de sus problemas en la interacción – utilización -con objetos y espacios. Curiosamente, la mayoría de los adultos mayores expresó durante las “conversaciones” que no tenían ningún problema de accesibilidad ni de uso con los productos y espacio, lo cual se contrastaba con la realidad de lo “observado” como una situación muy puntual con una señora que expresó el gusto por beber bebidas embotelladas, pero en la realidad tenía pocas oportunidades de beber, ya que la artritis de sus manos le impedían el “gesto” y fuerza necesaria para destapar la botella con tapa rosca. Por lo tanto, la señora, tenía un impedimento para satisfacer la necesidad de beber bebidas y aun así, no lo expresaba como un problema, más bien cómo una situación que tenía que asumir debido a su edad. La calidad de vida depende de las posibilidades de las personas para satisfacer adecuadamente necesidades humanas y no necesariamente básicas. Entonces si los productos y espacios son un medio para que ello acontezca, como sociedad no podemos ni debemos privar a los adultos mayores de la libertad para que puedan ser mas felices.
Además paralelamente al estudio etnográfico se realizó un levantamiento ergonómico, específicamente de dinamometría de manos – fuerzas máximas de agarre – y de diámetros de asas.
Durante el proceso de análisis de los datos e informaciones, se detectaron más de 80 problemas, de los cuáles, algunos de ellos fueron elegidos para desarrollar propuestas que se plasmaron en prototipos.
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