Diseñando el futuro de los habitantes

Sensibilizarse con las necesidades y oportunidades de desarrollo  enfocada a una población que envejece y que constituirá en los próximos 20 años aproximadamente el 20 % de la población chilena sobre los 60 años, es un desafío enorme, que debemos encarar.

Estamos viviendo en un período de alta intensidad de cambios estructurales, de grandes cuestionamientos mundiales, sociales y económicos que a nuestro juicio es mucho mas grande que la revolución industrial.  Pues no sólo se trata de una revolución digital sino que  ella ha posibilitado que la gente, los habitantes, asuman un rol social preponderante.  Frente a estos nuevos desafíos aparecen nuevas oportunidades de realizar profundas innovaciones sociales desde el DISEÑO. Uno de los grandes problemas que surgen referidos a la población humana, que aun no ha recibido una detenida y reflexiva atención nacional ni tampoco a nivel global,  es el del envejecimiento de la población, el cual es un problema creciente y de fascinante oportunidad. 

El concepto de «envejecimiento» es variable y subjetivo, ya que depende de factores fisiológicos, sicológicos, físicos  de la  persona  y, su condición o su rol en la sociedad considerando su tiempo y el contexto o medio ambiente.

Los nuevos desarrollos y avances científicos en el área médica  causa nuevas expectativas de una aun más larga vida  permitiendo a las personas a desarrollarse  biológicamente mejor. En consecuencia, la edad biológica se vuelve más importante en el sentimiento de «joven» o «viejo» en vez de la edad cronológica.

En el mundo contemporáneo, el progresivo envejecimiento de la población mundial ha creado un fenómeno nuevo y genera nuevas prioridades que afectan a los estilos de vida de los habitantes.   A su vez se presenta una decrecimiento  de la cantidad de población debido a la continua disminución de la natalidad y de la tasa de mortalidad que tendrán efectos adicionales sobre el envejecimiento en este siglo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su informe de «Estadísticas Sanitarias Mundiales 2011»,  sitúa a nuestro país como el más longevo de la región y como el segundo que más años de vida les ha otorgado a los habitantes en las últimas dos décadas: siete años. Eso no es todo: según el informe, vivimos 11 años más que los promedio mundiales (68 años).

De acuerdo a  investigaciones demográficas, la población de Chile está en un importante proceso de cambio demográfico (actualmente con 17.000.000 de habitantes) el cual se traduce en un considerable impacto en las estructuras sociales y económicas tradicionales. Nuestro país envejece aceleradamente, destacándose en tal sentido dentro la región latinoamericana. La fecundidad ha disminuido y está llegando a un nivel por debajo del de reemplazo (Bravo y Bertranou, 2006). Se observan menores tasas de mortalidad y la esperanza de vida en nuestro país, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas, alcanza hoy día alrededor de los 79 años, lo que representa un incremento de más de 20 años en las últimas cinco décadas.

Actualmente, los adultos mayores de sesenta años suman un total de 1.717.478 personas y se estima que al 2025  estaría llegando al 20% o mas. Al considerar las proyecciones mencionadas, la población mayor estaría, en un breve tiempo, ocupando un espacio relevante en la estructura de nuestra sociedad desplazando a la cohorte de los menores de quince años y en este contexto las personas de tercera edad están en mas riesgos que otros,  verán disminuidas sus capacidades de visión, oído, equilibrio, coordinación y  fuerza, volviendo la vida cotidiana difícil y peligrosa.

Es un hecho evidente que la proporción de los Adultos Mayores es cada vez mayor en todo el mundo. Se estima que el 10,3% de la población mundial está actualmente por encima de los 60 años.  En algunas organizaciones sociales, económicas y políticas respecto a los adultos mayores, en el mundo, están dando la voz de alarma dado lo que significará en  pensiones cada vez mayor y los costos de salud involucrados.

A principios de 1900, por ejemplo, la esperanza media de vida al nacer en los Estados Unidos fue de 47, hoy es 76 y el segmento de más rápido crecimiento de la población son los mayores de 85.En pocas palabras, el envejecimiento es un hecho universal que afecta tanto a países desarrollados como en  vías de desarrollo

En algunos países y sociedades “envejecidas” son vistos como una carga, algunos cuentan con mecanismos para atender a las personas mayores. pero a ellos lo ven como muy pocos activos. La vida cada vez  con mayor esperanza de vida y menores tasas de fertilidad significa que la relación entre los “viejos” y los  “jóvenes” va a ser desequilibrado.

Esto dará lugar a  cambios económicos y grandes cambios en el tejido social. Significará porcentualmente una fuerza de trabajo más pequeño con menos contribuyentes y un número cada vez mayor a derechos de prestaciones sociales.

En economías menos desarrolladas, la relación no podría cambiar considerablemente, debido a mayores tasas de natalidad, pero la cuantía total de las personas mayores se espera que aumente considerablemente por lo tanto coloca una enorme presión sobre los sistemas públicos con recursos limitados.

La mayoría de los informes acerca de  las personas mayores se refieren a «Nuestra población que envejece rápidamente». Los cambios demográficos no son, por sí mismos, una crisis – pero sí un gran reto como país, generar y utilizar los recursos para los Adultos Mayores. Más personas mayores aumentarán la demanda en  servicios estatales a la vez que menos personas estarán en los puestos de trabajo para producir  los recursos a esas demandas.

Sin embargo, mas tarde o temprano habrá que hacer frente a este gran desafío.
Las personas mayores pueden capaz de realizar las actividades de la vida diaria de forma independiente o con algo de apoyo, si es que su medio ambiente está diseñado considerando sus competencias funcionales.

Las personas mayores  luchan por obtener lo mejor de la vida pero los sistemas, productos y servicios aun no están adecuados ni apropiados para responder de manera eficaz a estos emergentes problemas sociales, desde las actividades cotidianas mas simples y obvias, hasta las medianamente complejas será para un Adulto Mayor muy pesada y difícil de sobrellevar.

En algunos casos, tendrán que moverse de sus antiguas casas a un nuevo entorno porque aquellas no  les permiten vivir de forma independiente.  Muchos productos en los espacios interiores, tanto del hogar como de oficinas, o la ciudad son para ellos todavía imposibles de usar. La mayoría, por ejemplo, no puede utilizar asas para abrir puertas, ventanas, grifos de agua; dificultades para abrir muebles, alcanzar estantes de dormitorios o cocina; usar los utensilios de cocina y acciones tan obvias para la gente “común y apta” como es abrir una botella de bebidas. No pueden usar con facilidad las bañeras en el cuarto de baño. Por lo tanto diseñar para personas mayores, viene a cumplir un rol significativo  en la satisfacción de las actividades cotidianas de un Adulto mayor.

Investigaciones recientes indican que la satisfacción de vida en general de las personas mayores puede ser relacionada con el diseño de su entorno. Por lo tanto, los productos tienen el potencial para mejorar su calidad de vida.

Eso nos dice que se requiere de  soluciones creíbles en el espacio del envejecimiento. Si bien el Diseño juega un papel importante en este proceso  – en la creación de productos para la Tercera Edad – debe ser necesariamente acompañado de todas aquellas disciplinas cuya preocupación y ocupación es el Ser Humano.

Por lo general se tiende a diseñar para la gente “común”, aquella que está en el grupo etario de 18 y 55, que tienen similitudes en antropometría, fisiología, actitudes,
comportamientos y estilos de vida. Estas personas tienen raramente  artritis, mal de Parkinson o enfermedades de otra índole que son muy extendida entre las personas de edad avanzada.

Si se mejora el estado físico y económico de los consumidores mayores, el envejecimiento será cada vez más aceptable. Además, la fuerza colectiva del número creciente de personas mayores, con claridad animará a  reacias  empresas en la fabricación de productos asociados con deficiencias físicas y sensoriales de las personas mayores.

Los investigadores Faletti (1984) y Lawton y Nahemow (1973) estudiaron la declinación física y sicológica con la edad. La declinación es visto como un problema en la relación del entorno con  la persona.  El rol del factor humano es mejorar la relación entre las capacidades humanas y las demandas del entorno para optimizar el ajuste entre el operador humano y el equipo o entorno en el cual la persona funciona.  Dado que las capacidades humanas respecto a las funciones sensoriales, cognitivas y de movilidad decrecen entonces  las tareas y entornos de la persona deben  ajustarse para que la persona sea capaz de continuar funcionando.

Fozard y Popkin enfatizan ciertos aspectos del envejecimiento resumido en las siguiente idea ”Lo apropiado para una aproximación al mundo del diseño  del envejecimiento, sería acomodar aspectos de constancia y de crecimiento tanto como la declinación; ser sensibles a las necesidades sociales y sicológicas como también a las necesidades de acción; porque ambos – gente y entorno – cambian.

Es relevante considerar el cambio demográfico en la concepción de los nuevos productos, servicios y del entorno de vida propio de las personas que envejecen.

Asegurar una vida sana y activa y una cierta autonomía es una de las grandes responsabilidades que nuestro país y comunidad deben asumir y hacerse cargo, será necesario tomar en cuenta los efectos del envejecimiento para concebir productos y servicios. Productos y servicios que actualmente no existen de acuerdo a sus capacidades. Viven en un mundo concebido para las necesidades de los jóvenes, adultos físicamente aptos.

Por eso es necesario generar una nueva filosofía  en que se conciban producto, servicios, entornos y normativas o leyes en el marco de una vida más accesible a todos, de manera  que sean destinados a las personas físicamente aptas como también enfocadas al envejecimiento.

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